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Hay mujeres que marcan una diferencia por su fuerza, su tesón y sus ganas de cambiar su realidad y la de los que la rodean, esas mujeres africanas harán historia porque rompen
esquemas y se salen de lo que marcan sus costumbres y cultura, aun exponiéndose a ser puestas en entredicho por sus vecinos o tener que enfrentarse a sus maridos.

María de la aldea de Catong ,ha cambiado el cuchillo de cortar arroz por el tensiómetro, el campo donde plantar tomates, por viajes con el equipo de Miradas para sensibilizar a las mujeres fulupes sobre el uso de la moringa y demás plantas.
Todo empezó poco a poco. Un día la encontramos en su campo cosechando. Estaba en el camino por ell que  nos dirigíamos en coche a la aldea de Bulol, para realizar la consulta médica y sensibilización. Tras preguntarnos qué íbamos a hacer no dudó en decirnos, “Me voy con vosotras”. Y yo le comenté “Pero no volvemos hasta mañana“, ella respondió ”Espera que llamo a mi marido”. Y así comenzó todo, María se vino con nosotras y dejó a su esposo a cargo de sus ocho hijos porque quería aprender, quería ser nuestra voz.
María me abraza dándome las gracias por la oportunidad tan grande que está teniendo en poder aprender tantas cosas de medicina. Me dice que ella no tiene más que palabras de agradecimiento, porque desde que ella está aprendiendo sus hijos están más sanos y no gasta dinero en médicos .
Aisatu quisiera estudiar culinaria, es una cocinera maravillosa, pero tiene 7 hijos y su situación no se lo permite. También sueña y quiera otra vida diferente. Se une a Maria en esta entrega por aprender.
Las dos juntas forman un equipo fantástico, ellas quieren saber y saber, aprender todo de las plantas medicinales, hacer jabones, compotas, hacer medicamentos, aprender de cocina, leer, escribir, montar en moto…
Las dos piensan, que si hubieran podido, no hubieran tenido tantos hijos, para poder llevar adelante sus sueños sin tanta dificultad.
Sabemos que con ellas viene el cambio, el cambio para muchas mujeres, para muchas comunidades que con sus palabras adquirirán conocimientos para poder mejorar sus vidas.
Poco a poco con tanta fuerza que las mueve y el apoyo de Miradas al Mundo, los resultados serán visibles y multiplicadores.
Fuerza y animo a nuestras Embajadoras.

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