Ha sido mi segundo viaje a Guinea Bissau, igual de emocionante que el primero, al llegar fue como ver a la familia, me recordaban, me conocían y me abrazaban con cariño.

El mas pequeño esfuerzo que realizas allí es una gran obra para ellos, los niños son mi debilidad y este año he intentado ser útil en mi labor con ellos, curarles heridas y revisar un poco sus condiciones sanitarias, es interminable pero al hacer un repaso el ultimo día te das cuenta que muchos están curados y todo merece la pena.

La pequeña Maya me ha dejado tocada, con esa mirada triste, sus ojitos malitos pero cada mañana me daba la mano y me dejaba curarla sin decir nada solo mirando todo con curiosidad, gracias Judit por tu ayuda seguro que te pasa como a mi y te acuerdas de ella cada vez que ves a una pequeñita en nuestro mundo.

Las cosas mas simples son las mas importantes, un lápiz, un bolígrafo, una camiseta, una aspirina.

Llegar a una aldea que se llama Enhalab fue alucinante, compartimos con ellos un dia estupendo, comida africana, curar heridas, reunión con la aldea, canciones y bailes con los niños.

En Miradas al Mundo todos los proyectos están en marcha y llegan a su fin, eso es muy reconfortante, la escuela de alfabetización de mujeres pone los pelos de punta, las mujeres después de una jornada de trabajo a las 8 de la noche se van a la escuela a aprender con sus bebes en la espalda. Tengo becada a Marisa y oírla decir que está encantada y que saca muy buenas notas anima a pensar que poco a poco nuestro esfuerzo se verá recompensado. Como nos dijo en Susana el padre Ze, hay que ser positivo y saber que una alegria compensa mil penas.

Muchas gracias a Miradas por darme la oportunidad de participar en este bonito proyecto, gracias al equipo de Rioja por hacerme sentir riojana, ha sido una maravilla compartir con vosotros estos días en los que hemos trabajado juntos, hemos reído y hemos llorado.

Sole, Ramón, Judit y Martín.

Gracias María  que nos has guiado durante todo el viaje en nuestra labor y Bebe que nos has trasladado por el país con toda seguridad.

“Las miradas de agradecimiento de los niños Africanos cuando les estaba curando se quedan en mi corazón”