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Las etnias aquí tienen muy arraigadas sus tradiciones.
         
En ocasiones es como si el tiempo se parara y no damos crédito a lo que vivimos.
Ceremonias que hacen las mujeres para que el coronavirus no llega a sus aldeas, ceremonias para que la máquina de cascar arroz funcione, ceremonias para poder quedarte embarazada…
Y así es la vida en especial de las mujeres, entre ceremonias , churos (entierros) y su trabajo en el campo… pasan los días.
No es fácil planificar una reunión o un trabajo con ellas, porque de repente surge un entierro (algo por desgracia muy frecuente) y ellas lo dejan todo, y allí van. A veces caminando distancias hasta de 10 km.
Si ellas no van a los entierros, la gente no vendrá al suyo, y las personas te critican… es difícil cambiar algo de esta realidad.
Allí se reúnen, beben vino de palma, cantan y en ocasiones bailan…pensamos que tal vez estas tradiciones son las que le dan la fuerza para poder enfrentarse cada día a la vida tan dura que tienen.
Los fulupes viven tan solo con lo que les da la tierra, sus casas son de adobe y paja y comen de sus plantaciones de arroz , tomates y cría de animales.
Los hijos con la mayoría de edad se independizan con una ceremonia. Durante un año se buscan ellos el sustento. Para los padres el depender de sus hijos es una vergüenza, por lo que la gente mayor en ocasiones vive en situaciones muy complicadas de abandono debido a sus tradiciones.
Miradas al Mundo sabe  que esta rueda es difícil de cambiar. Las tradiciones solo pueden modificarlas ellos, con el paso de cada generación .
Tener acceso a una buena educación es lo único que podrá conseguir cambiar las mentalidades, por lo que apostamos por hacer escuelas en estas aldeas y becar a los mejores alumnos para que puedan acceder a estudios universitarios.
Se firma un compromiso con Miradas al Mundo para de que de algún modo sus estudios puedan también durante un tiempo beneficiar a su aldea.

Miradas, ante la situación de extrema precariedad de algunas personas de estas aldeas, está apoyando con  un saco de arroz y la compra de cestos locales para que las mujeres más mayores puedan tener algo para comer.
Este mes se ha ayudado a una mujer viuda a la que los hijos se le han muerto. La comunidad, la apoyó con su casa, ya que se derrumbó,  pero es muy mayor y apenas puede trabajar, por lo que no puede conseguir nada para comer.

 
Otro caso, es el de dos mujeres mayores, que viven con la hija de una de ellas que está enferma. El resto de los hijos también han fallecido y las mujeres tan solo pueden hacer cestos de paja. Se les dio un saco de arroz y se les compraron los cestos para nuestra secadera de moringa.

Julio es un hombre prácticamente ciego y cojo, que sigue subiendo a la palmera para coger vino y venderlo con el peligro que supone. Se le hizo un pozo en su momento y se llevó a su hijo discapacitado a un centro especializado. Sentimos que debemos apoyarle porque la situación en la que vive es realmente difícil, por lo que con la ayuda del arroz aseguramos al menos su alimentación.
Y luego nos encontramos con casos como el de nuestro profesor Paulo. Debido a una polio sufría de cojera, pero hace dos años todo se complicó y ahora apenas tiene movilidad.¿Que puede hacer un joven de 35 años en una aldea donde no hay ni asfalto y el apenas puede moverse con muletas?

En Guinea si no vas al campo no comes, no hay mas salida. El no tiene una huerta de anacardo ni nada que pueda vender. Miradas ha acondicionado con él un lugar para dar clases de apoyo a los niños y que él no pierda su ilusión por hacer algo y así también poder ganarse dignamente un salario para su sustento y no vivir solo de la ayuda.
 
 
Se buscan alternativas para salir de este circulo de subsistencia tan dura y tan limitada.
Pero no es fácil.
El país con sus falta de desarrollo y las tradiciones, hacen que en pleno siglo XXI hiciéramos un viaje en el tiempo y pareciera que vivimos en el siglo X.
Pero intentamos no perder el aliento y aunque sea poco a poco, buscar alternativas para el cambio de la mano sin duda de la educación y la sensibilización.

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