En este segundo viaje el reencuentro con la gente fue muy emocionante, como un año después, la gente se acordaba de tu nombre y te recibía con los brazos abiertos.
También he hecho muchas nuevas amistades y he conocido a un montón de niños de la biblioteca y de Varela. Los niños son increíbles, tienen muchas ganas de que les enseñes y de estar contigo y el poder enseñarles algo y ver sus sonrisas por aprender algo nuevo…te llena el alma. Y no solo con los niños, con las mujeres en las clases de alfabetización o con los adultos del aula de informática, poder enseñarles cosas básicas como poner un acento y verles la cara de felicidad y el agradecimiento… Te das cuenta que con un mínimo que hagas allí puedes ayudar un montón. Es algo que no tiene precio.
Este viaje también ha sido todo un aprendizaje. Nos propusieron el reto de un campamento de una semana con 6 niños de Dembandje y su profesor en Varela. Y de monitores estábamos Alicia y yo. Unos días antes preparamos una programación para tener claro lo que hacer cada día, luego te das cuenta de que no sirve para nada, porque África es así, por mucho que quieras hacer algo programado, cada día es inesperado.
Los niños son geniales, fue muy emotivo el primer día cuando les vendamos los ojos y les llevamos a ver la playa por primera vez, verles las caras de alucine fue increíble. Al principio les daba un poco de miedo, pero luego todos los días nos obligaban a ir a la playa un rato. Hicimos muchísimas actividades con ellos, un montón de juegos en la biblioteca, preparamos una coreografía, nos fuimos de excursión a Ñikin, juegos en la playa, cine por las noches, una gincana por Varela, Pap preparo un festival… La verdad que no tuvieron tiempo para aburrirse, todas las noches caían derrotados en las camas.
Me llevo cosas muy buenas de este campamento y de este viaje. Lo primero, la experiencia con los niños ha sido increíble todo lo que me han transmitido y me han enseñado. Aprendí a tener mucha paciencia y que hablando y diciendo las cosas claras pueden cambiar las cosas. Agradecer a Alicia todo el apoyo, no me podía haber tocado una mejor compi para los campamentos. A Sidico, el encargado de la logística, que sin su ayuda no habríamos salido a delante. Y a María y a Miradas al Mundo por darme la oportunidad de vivir esta experiencia.
He podido ver en una semana lo que es convivir con ellos, lo duro que es trabajar con ellos, lo que cuesta hacer las cosas, y que llevéis tantos años trabajando allí y todo el progreso que habéis hecho, la verdad que sois INCREIBLES.
Martín Rodriguez
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