El momento estrella del viaje fue el reparto de las lamparas solares.Poco a poco hicimos llegar ese tan preciado regalo a profesores, alumnos y familias que por circunstancias necesitaban esa lampara.
Las primeras fueron repartiéndose a los jóvenes que trabajan día a día con nosotros en los proyectos de Miradas de modo voluntarios y con mucho esfuerzo.Los siguientes fueron los profesores que son un ejemplo de tesón y lucha por algo tan preciado como la vocación de enseñar.
Realmente hubo un profesor en Dembanje que me impactó, cuando le dijimos que les íbamos a entregar una lampara solar sus ojos casi se salen de su cara, su sonrisa dibujaba su rostro y no podía parar de sonreír, era como un niño en Reyes con el regalo jamás esperado…nunca podré olvidar ese momento.Ni tampoco las palabras del director Julio, que teniendo cataratas en su ojo izquierdo( vamos a intentar operarle), se emocionaba con su regalo diciéndonos que habíamos puesto un tesoro en sus manos,que su vida de profesor sin luz era muy difícil..Mis palabras no se acercan a tal emoción imposible de explicar.
   

 
Y si a los profesores les hizo ilusión su regalo imaginaros como sería a esos niños que por ser los mejores alumnos, o por recorrer más kilómetros para ir a la escuela , o por el esfuerzo realizado cada día, han recibido la lampara solar como reconocimiento a su trabajo y a su esfuerzo con el fin de que los demás niños busquen su manera de mejorar y de sentir que todo esfuerzo tiene su recompensa al final del camino.
 

 
 
 

Creo que en este caso podemos decir que una imagen vale mas que mil palabras.
EN ESTE VIAJE HE REFLEXIONADO MUCHAS VECES COMO 10 EUROS ,QUE ES EL COSTE DE LA LAMPARA SOLAR, PUEDE CAMBIAR TANTO LA VIDA DE UNA PERSONA ES INCREÍBLE…SI LO PENSÁRAMOS DE CORAZÓN, QUERRÍAMOS PONER MILES DE LAMPARAS EN MANOS DE TODOS ESOS NIÑOS DE GUINEA .